Y ahora tenemos....sed de viaje

   Inolvidable ante todo, para algunos su primera vez que viajaban al extranjero, otros ya veteranos expertos, pero al fin y al cabo, ante semejante situación, éramos como niños que comienzan a dar sus primeros pasos, con mucha cautela a la par que atrevidos, sin llegar a mostrar miedo pero si respeto, muy observadores pero dándole siempre un toque de diversión. 

   Pues resulta, que tal día como hoy emprendíamos nuestro viaje a Liverpool, un intercambio que surgió de la nada, y que tuvo tanto éxito que las plazas tuvieron que someterse a sorteo, es más, este año se va a llevar a cabo de nuevo.

(Chester)

  
   Hace un año, nuestro primer día, reacciones de todo tipo. Pongámonos en situación, tras un, llamémosle “animado” viaje en avión, llegamos al colegio donde nos esperaban nuestras correspondientes para llevarnos a su casa con nuestra nueva familia de intercambio. Un poco de incertidumbre, teniendo en cuenta que estás en otro país, que no conoces absolutamente de nada a esa familia, pero tú le echas una educada naturalidad al asunto y así le das comienzo a esa semana que a mí me supuso horas y a otras personas miles de años. 

   Visitamos catedrales, museos, aprendimos mucho sobre otras culturas, tradiciones… pero bailar la macarena en plena calle, pedir una bicicleta roja en un McDonald’s, no saber de qué te ríes en la tele (cosa que tú haces porque tu “familia inglesa” lo hace) sonreír a todo lo que te dicen sin comprender que quieren decirte (lo mismo te están insultando y tu muestras la mejor de tus sonrisas),  correr detrás de un hombre disfrazado de Nemo, bailar con una banda callejera…                                                                       (Liverpool)

Al fin y al cabo, las risas y la diversión que amenizaron el viaje. Ese es para mí el principal motivo por lo que convirtieron en principio, un simple intercambio a un país desconocido, en algo único e irrepetible. 

Eso sí, ¡digno de ser repetido!