lunes, 29 de julio de 2013

Muy al fondo

   Algo más profundo, más concreto, un poco más rebuscado. Algo que no apreciamos, que no lo tenemos en cuenta. Nos vestimos de chaqueta y corbata, usamos el coche para ir dos calles por debajo de la nuestra. Todo esto, cuando hay personas que no tienen ni agua para beber. Ya te digo, no es consumismo, ni derroche, dejémonos de materialismo. Va más allá.   Pese a nacer con un “SI” rotundo ante cualquier capricho que se nos antojase, pese a tener todo aquello que queríamos cuando y donde lo queríamos, la gran mayoría de las ocasiones ni se nos ocurría responder con un miserable “gracias”. A pesar de todo esto, aquí seguimos, quejándonos de este mundo, de haber sido inconscientemente premiados con la varita mágica de la suerte, del bienestar corporal, y la salud que nos proporcionó la genética.   No trato de que cambies tu forma de ver la vida, de vivir, no, simplemente que te pares a pensar un poquito en las 24 horas que a cada día le corresponden, si esas quejas, si esos problemas, lo son verdaderamente, como para hacerte creer que la mala fortuna te miraba con ojos de cuervo cada vez que te asomabas a la ventana.